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Comunidades de Santiago enfrentan escasez de agua.


Bajo un fuerte despliegue de policías y militares, los habitantes de al menos siete comunidades del sector Rafey, al oeste de Santiago, llevaron a cabo una protesta pacífica frente a la planta de tratamiento de agua de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan).


Estas comunidades llevan tres meses sin acceso a agua potable, viéndose obligadas a comprar el líquido a camiones cisterna o cargarlo en cubetas. Según los residentes, la situación surgió con la construcción de las estaciones del monorriel en la zona, ya que antes recibían agua diariamente y en abundancia.


Algunos vecinos, como Persia Veras, deben comprar agua de camiones a un costo de hasta RD$2,000 cada dos días, mientras otros se ven obligados a adquirir tanques o agua filtrada en botellones. Doña Jacqueline Suriel, quien vive sola y sufre de diabetes, debe cargar cubetas de agua que recibe de vecinos de otras comunidades, ya que no puede costear su compra.


Durante la manifestación pacífica, que se realizó frente a la planta de Coraasan, las fuerzas del orden respetaron el derecho a la protesta, según afirmó el regidor Robinson Cabrera. Los comunitarios llegaron a un acuerdo con el ingeniero Andrés Burgos, quien prometió restablecer el suministro de agua. Sin embargo, los vecinos advirtieron que, si no se cumple el compromiso, volverán a protestar.


Otras comunidades, como Jacagua Adentro, llevan más de 36 meses sin agua, y sectores como Cuesta de Quinigua y Ranchito de Piche nunca han contado con servicio de agua potable. Comunidades como Savica, El Ejido, Los Motocrós y otras también enfrentan problemas recurrentes de escasez de agua.


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