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El arma del futuro, portátil en una mochila, podría dar a los Marines la ventaja sobre China


Este es el Bolt-M, un dron de ataque con tecnología avanzada de navegación y guía que promete transformar el combate terrestre. Fabricado por Anduril Industries, utiliza inteligencia artificial para identificar y seguir objetivos, mejorando su rendimiento en escenarios de combate complejos. Este cuadricóptero, parte de los Vehículos Aéreos Autónomos (AAV) de Anduril, cuenta con sistemas de navegación autónoma y capacidades de despegue y aterrizaje vertical (VTOL), lo que le permite ser desplegado rápidamente desde una mochila. Lo más destacado es que, gracias a su inteligencia artificial, no requiere de un operador especializado, a diferencia de los drones utilizados en Ucrania, lo que facilita su control con un entrenamiento mínimo. Sin embargo, su complejidad también eleva su coste, un factor que genera dudas sobre si su flexibilidad y facilidad de despliegue justifican el precio frente a los drones más económicos, operados por personal capacitado.


¿Qué es el Bolt-M?


El Bolt-M es una versión armada del dron modular Bolt, que se transporta en una mochila y puede estar operativo en minutos. Está diseñado para llevar una carga explosiva de 1,3 a 1,5 kg, capaz de atacar tanto objetivos fijos como móviles. Su sistema VTOL le permite estar listo para el combate en menos de cinco minutos y su alcance supera los 20 km, con una autonomía de 40 minutos. Con un peso de entre 5,9 y 6,8 kg, según la carga, es ligero y fácil de operar en cualquier terreno.


El Bolt-M destaca por su sistema de navegación autónoma, que utiliza sensores visuales y láser, junto con software de inteligencia artificial, permitiendo operar sin necesidad de expertos. Esto hace que el control del dron sea similar a manejar un videojuego, pero con la capacidad adicional de mantener un objetivo fijado incluso en movimiento, lo que le da una ventaja frente a drones tradicionales.


El dron también está equipado con un sistema de rastreo autónomo que sigue los objetivos seleccionados por el operador visualmente. Usando visión por computadora y algoritmos de aprendizaje automático, el Bolt-M puede atacar desde cualquier ángulo, incluyendo desde arriba, aprovechando vulnerabilidades en el terreno. Además, cuenta con un dispositivo de seguridad para el transporte de municiones, y su diseño modular permite adaptar diferentes tipos de cabezas explosivas para varios tipos de objetivos.



El Bolt-M se integra con la plataforma de combate en red Lattice de Anduril, que facilita la colaboración con otros sistemas, optimizando la toma de decisiones en el campo de batalla. Su sistema autónomo de rastreo y ataque permite a los Marines usar el dron con poco entrenamiento, lo que reduce la carga operativa y aumenta su efectividad.


¿Drones avanzados o drones económicos?


El inconveniente del Bolt-M es su alto coste en comparación con los drones FPV comerciales, como los utilizados en Ucrania, que cuestan alrededor de 500 dólares y se despliegan en grandes cantidades. Estos drones más baratos han demostrado ser efectivos debido a su gran número y bajo precio. En contraste, el Bolt-M, que cuesta decenas de miles de dólares, prioriza capacidades avanzadas, lo que plantea dudas sobre su rentabilidad frente a un ejército de drones más sencillos pero numerosos. Aunque su tecnología tiene potencial, su alto precio podría limitar su adopción a menos que Anduril consiga reducir el coste.


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