
Un informe preliminar de la Administración Federal de Aviación (FAA) señala que la cantidad de personal asignado al control aéreo "no era adecuada para la hora del día y el volumen de tráfico" en el momento del accidente ocurrido en Washington la noche del miércoles.
Medios de comunicación estadounidenses que han tenido acceso a este informe indican que la falta de personal obligó a un trabajador a asumir dos responsabilidades simultáneamente: controlar tanto el tráfico aéreo de aviones como de helicópteros en la capital de Estados Unidos. Esta situación resalta la escasez crónica de personal y las condiciones laborales deficientes de los controladores aéreos en el país, un problema que ha sido denunciado durante años por expertos y propios trabajadores.
Un estudio de agosto de 2023 realizado por The New York Times ya advertía sobre el hecho de que muchos controladores se veían forzados a realizar jornadas de 10 horas durante seis días a la semana. Esta investigación generó mejoras en la situación, pero aún no es suficiente: de las 30 plazas necesarias para el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington (DCA), solo 25 están cubiertas.
Esta situación es particularmente preocupante debido a las características del espacio aéreo en la capital estadounidense, que es muy limitado y con un tráfico aéreo muy alto, tanto de aviones comerciales como de helicópteros del dispositivo de seguridad que sobrevuela la ciudad, con más de 100 helicópteros diarios. Según The Washington Post, las advertencias de seguridad y los incidentes son comunes en el cielo de Washington; al día anterior al accidente, "se tuvo que abortar un aterrizaje en el aeropuerto nacional (Ronald Reagan) para evitar una colisión con un helicóptero".
El accidente del miércoles ocurrió cuando un helicóptero militar, con tres personas a bordo, y un avión comercial Bombardier CRJ700 de American Eagle (filial regional de American Airlines), con 60 pasajeros y cuatro tripulantes, colisionaron alrededor de las 20:48 hora local (01:48 GMT del jueves) durante la aproximación del avión al aeropuerto de Washington.
Los equipos de rescate que trabajaron tras el accidente siguen buscando a 14 personas desaparecidas, después de haber recuperado decenas de cuerpos de las frías aguas del río Potomac, donde cayeron las aeronaves.
Las autoridades han descartado la posibilidad de que haya supervivientes, y el accidente ya se considera el más mortal en Estados Unidos desde 2001.
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