
La ONU ha señalado que continuará exigiendo responsabilidad y medidas de gobernanza en el espacio digital que respeten los derechos humanos, tras la decisión de Meta (propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, entre otras) de poner fin a su programa de verificación de datos en Estados Unidos.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, afirmó en redes sociales que "la libertad de expresión prospera cuando se pueden escuchar voces diversas sin causar daño ni desinformar". Además, recordó que las redes sociales han demostrado su capacidad para alimentar conflictos, incitar al odio y amenazar la seguridad, como ocurrió en el caso de la comunidad rohinyá en Birmania.
Diversas organizaciones y medios han recordado que Facebook fue acusada de contribuir al "discurso de odio" durante la campaña militar contra los rohinyá en 2017, un evento que fue calificado por la ONU como limpieza étnica.
Türk destacó que, en su mejor versión, las redes sociales son espacios donde personas con opiniones diferentes pueden intercambiar ideas, aunque no siempre estén de acuerdo. Enfatizó que llamar censura a los esfuerzos por crear entornos en línea seguros es ignorar que un espacio no regulado puede llevar al silencio de personas, especialmente aquellas cuyas voces están marginadas.
La Federación Internacional de Periodistas (FIP) también ha criticado la medida de Meta, advirtiendo que afectará la calidad de la información y abrirá la puerta a la desinformación y el discurso de odio.
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