Los US$42.7 millones destinados por EE.UU. a ayudas para RD, en riesgo por amenazas
- evelin Santos
- 30 ene
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La suspensión de la ayuda exterior financiada por el gobierno federal de Estados Unidos, impulsada por Donald Trump desde la semana pasada, empieza a mostrar los efectos de una de las decisiones más polémicas tomadas por el republicano en sus primeros días de regreso a la Casa Blanca. Los impactos de esta medida se extienden a la República Dominicana, donde varios programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) podrían verse afectados.
Para el presupuesto del actual año fiscal, el anterior secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aprobó una asignación de 42,750 millones de dólares para ser invertidos en salud, desarrollo, educación y entrenamiento militar en la República Dominicana.
Solo en agosto del año pasado, Usaid otorgó al gobierno dominicano más de 45 millones de dólares para abordar áreas clave como el crecimiento económico, democracia y derechos humanos, adaptación climática y preparación ante desastres, educación y seguridad sanitaria global. Samantha Power, jefa de la agencia en ese momento, hizo este anuncio durante una visita al país.
Sin embargo, ahora esas ayudas están amenazadas por las políticas de "gastar o ahorrar en casa" del gobierno de Trump, cuyas medidas ya han llevado al despido de personal y al cierre de programas en todo el mundo.
El Departamento de Estado, bajo la dirección de Marco Rubio, ha concedido varias exenciones para asegurar la continuidad de la ayuda en áreas esenciales. En un primer momento, Rubio eximió los programas de alimentos de emergencia y la ayuda militar a Israel y Egipto de la suspensión del gobierno, y el martes incluyó programas que proporcionan medicamentos vitales, servicios médicos, alimentos, refugio y asistencia de subsistencia.
No obstante, la exención de Rubio no cubre programas relacionados con el aborto, la planificación familiar, conferencias o cualquier aspecto vinculado a la diversidad, la equidad y la inclusión o la reasignación de género.
Estados Unidos es la mayor fuente de ayuda exterior del mundo, proporcionando cuatro de cada 10 dólares donados para ayuda humanitaria, según destaca la agencia de noticias The Associated Press.
De acuerdo con la orden de Donald Trump, la ayuda exterior será suspendida por 90 días para dar tiempo a la administración a revisar cuáles de los miles de programas seguirán recibiendo financiamiento.
Pánico por los suministros contra el VIH/SIDA En la orden también se incluye el fin de la distribución de medicamentos para el VIH adquiridos con ayuda humanitaria estadounidense, incluso si las operaciones de compra ya se han realizado y los tratamientos se encuentran en los centros de salud.
Esta decisión provocó que la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cual Trump ordenó la salida de Estados Unidos, denunciara el riesgo que corren millones de personas en países en desarrollo. "Una repentina y prolongada detención de estos programas no permitirá una transición controlada y pone a millones de vidas en peligro", indicó la OMS en un comunicado, señalando que los programas estadounidenses, denominados Pepfar, tratan a 20 millones de personas en todo el mundo, incluidos 566,000 niños.
La coalición dominicana Ongsida expresó su "profunda preocupación" por la orden de la Administración Trump, afirmando que pone en peligro la salud y el bienestar de miles de personas en el país que se benefician del Pepfar. La organización pidió al gobierno de Luis Abinader que incluya este tema en la agenda que Rubio discutirá durante su visita el próximo 5 de febrero.
"Es fundamental tomar acciones urgentes para mitigar el impacto devastador de esta decisión en las poblaciones más vulnerables", declaró Santo Rosario, presidente de la coalición.
El Pepfar ha financiado los esfuerzos globales para combatir la propagación del Sida desde su creación en 2003 bajo el presidente George W. Bush.
Fin de subvenciones en Estados Unidos El martes a las 5:00 de la tarde, hora del este de Estados Unidos, entró en vigencia un memorando emitido por la Oficina de Administración y Presupuesto que suspendía las ayudas y préstamos federales, en medio de una revisión ideológica general de los gastos del gobierno.
No obstante, la medida fue rechazada por varios sectores, incluidos legisladores demócratas del Congreso de Estados Unidos, como el representante de origen dominicano, Adriano Espaillat, quien expresó estar "profundamente preocupado" por el impacto de la medida en personas dependientes de vales de comida y vivienda, así como en usuarios del programa de salud Medicaid.
El miércoles por la tarde, la Casa Blanca anunció que rescindía la orden, que había sido bloqueada temporalmente por un juez federal.
El gobierno justificó la medida argumentando la necesidad de garantizar que todos los fondos cumplieran con las recientes órdenes ejecutivas firmadas por Trump, que incluyen restricciones a los derechos de las personas transgénero y recortes en programas de diversidad, equidad e inclusión.
Durante las horas en que estuvo vigente, la orden generó caos y pánico en su implementación e incluso provocó la caída de los portales de pagos federales del programa de seguro de salud Medicaid.
Durante décadas, la política de Estados Unidos ha sostenido que la ayuda exterior se paga a sí misma mediante una mayor seguridad nacional, la estabilización de regiones y economías, y la mejora de las relaciones con los socios. Sin embargo, muchos funcionarios de la administración Trump y legisladores republicanos creen que gran parte de la ayuda exterior es dinero que debe ser gastado o ahorrado en el país.
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