Más del 75% de los docentes opina que su preparación universitaria no corresponde con las exigencias reales del aula.

El 76% del profesorado en España considera que la formación universitaria inicial que recibió no se corresponde con las situaciones reales que enfrenta luego en el aula, especialmente en el nivel de secundaria. De hecho, 8 de cada 10 docentes de instituto opinan que esta formación debería adaptarse mejor a las demandas reales de su labor. Así lo revela una encuesta realizada por la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras a más de mil docentes no universitarios.

Francisco García, secretario general de la federación, señala que esta percepción es más común entre los profesores de secundaria que entre los de primaria, algo previsible. Añade que se propone una revisión de los planes de estudio universitarios para que se alineen mejor con las funciones que ejercerán los futuros docentes. Por su parte, Alonso Gutiérrez, secretario de política educativa del sindicato, destaca un dato significativo: en 2004 solo el 10% del profesorado sentía que su formación didáctica y metodológica era insuficiente, mientras que hoy esa cifra roza el 50%.

Desde su experiencia como profesor asociado en el máster de formación del profesorado, Gutiérrez observa una gran brecha entre la sólida formación académica que traen los estudiantes y sus carencias en metodologías y procesos educativos.

Este desafío ya se está discutiendo en el Ministerio de Educación, dentro de las negociaciones para redactar el primer estatuto docente del país.

Uno de los puntos que se plantea es reformar la estructura universitaria y los créditos asignados a quienes aspiran a la enseñanza. En Comisiones Obreras están convencidos de que, aunque se trata de un cambio a largo plazo, es urgente y necesario.

Sin embargo, el sindicato considera aún más prioritario reducir las ratios de alumnos por aula y la carga laboral del profesorado. La encuesta revela que el 54% de los docentes está insatisfecho con el número de estudiantes por clase. Además, más del 75% afirma que no tiene tiempo suficiente para cumplir con sus tareas, y en promedio trabaja 12 horas semanales adicionales fuera del centro.

Según Francisco García, los docentes trabajan unas 43 horas por semana, muy por encima de las 37,5 horas estipuladas para otros funcionarios. Espera que para septiembre, con el inicio del nuevo curso, ya se hayan tomado medidas para aliviar esta sobrecarga.

El estudio también arroja un dato preocupante: una de cada cuatro personas encuestadas señala que la relación con las familias es su principal fuente de tensión, un porcentaje que ha aumentado un 8% en las últimas dos décadas.

¿La causa? Alonso Gutiérrez apunta a la creciente complejidad de las relaciones tanto con el alumnado como con las familias, reflejo de una sociedad cada vez más exigente y diversa, frente a un profesorado que siente que no cuenta con suficientes herramientas para dar respuesta. Asimismo, las relaciones con los estudiantes generan estrés en más del 17% de los docentes.

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