María Corina Machado y Edmundo González esperan una nueva oportunidad para desalojar al chavismo del poder.

Ha sido una semana intensa, cargada de emociones. María Corina Machado y Edmundo González han hecho todo lo posible por defender el resultado electoral y evitar la autoproclamación de Nicolás Maduro. González, conocido por su carácter calmado y su vida tranquila, se ha transformado en un hombre de acción, dispuesto incluso a aterrizar en Caracas pese al riesgo de ser derribado. Con 75 años, su determinación ha sorprendido a quienes lo conocen, aunque lo convencieron de que era más útil vivo que muerto.

Machado, por su parte, salió a las calles en un acto de desafío, pese a que Caracas estaba militarizada. Acompañada por sus seguidores, enfrentó la intimidación de policías y motorizados encapuchados.

Lideró un movimiento antichavista que ha puesto al régimen en jaque como nunca antes. Aunque su objetivo era llevar una multitud hasta el Palacio de Miraflores, no logró el cambio deseado.

Maduro asumió el cargo en la Asamblea Nacional, ignorando el resultado de las urnas y consolidando un régimen autoritario con control absoluto del Estado. Sin embargo, Machado y González no se rinden. Tras la investidura de Maduro, González calificó el acto como un golpe de Estado y destacó la violación a la Constitución. A pesar del agotamiento, dejó claro que continuará luchando por la democracia, respaldado por Estados Unidos y organismos internacionales que lo reconocen como presidente electo.

En un mensaje grabado, González pidió a las fuerzas armadas desconocer las órdenes ilegales del régimen y garantizar su seguridad para asumir el cargo. Denunció que Maduro se sostiene únicamente gracias al respaldo de dictaduras como las de Cuba, Nicaragua y El Congo, mientras el pueblo y los gobiernos democráticos lo rechazan. Convencido de que el cambio es inevitable, aseguró que esto es solo el comienzo de una nueva etapa de lucha por la democracia en Venezuela.