Según informes de la ONU, las pandillas controlan el 85 % de la capital de Haití
- evelin Santos
- 21 nov 2024
- 2 Min. de lectura

El poder de las pandillas en Haití sigue creciendo, controlando aproximadamente el 85 % de Puerto Príncipe, según estimaciones presentadas este lunes en el Consejo de Seguridad de la ONU por Miroslav Jenca, subsecretario general de Asuntos Políticos para Europa, Asia y las Américas.
Estas bandas han comenzado a atacar los pocos lugares considerados seguros en la capital, como el barrio de Petionville, donde se ubican oficinas de la ONU, embajadas y personal extranjero. En esa zona, un ataque ocurrido el pasado martes dejó un saldo de "decenas de muertos", según Jenca.
Frente a esta situación, residentes locales han formado grupos armados improvisados para patrullar sus comunidades, establecer controles en las carreteras y actuar por cuenta propia, lo que el representante lamentó profundamente.
En las áreas dominadas por las pandillas, la seguridad y los derechos humanos de los habitantes están gravemente comprometidos, especialmente los de las mujeres, quienes sufren actos de violencia, incluida violencia sexual, como forma de intimidación y control.
Esta crisis ha provocado que 700.000 haitianos hayan abandonado sus hogares, convirtiéndose en desplazados internos. A pesar de ello, países vecinos han continuado con las deportaciones de haitianos, alcanzando unas 170.000 personas, principalmente desde República Dominicana, aunque este país no fue mencionado directamente por Jenca.
La Misión Multinacional de Seguridad, creada para fortalecer a la policía haitiana, solo ha logrado reunir 400 de los 2.500 agentes previstos, principalmente debido a la falta de recursos financieros. Ante este panorama, el gobierno haitiano ha solicitado que esta misión se transforme en una operación de "cascos azules".
No obstante, la propuesta enfrenta oposición de Rusia y China, quienes argumentan que la última misión de paz en Haití dejó un legado controvertido, incluyendo acusaciones de abuso sexual y responsabilidad en la epidemia de cólera de 2010, que causó miles de muertes.
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