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Trump firma un decreto que prohíbe la enseñanza de teorías sobre raza y género en las escuelas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles una orden ejecutiva que prohíbe el uso de fondos federales en escuelas que enseñen lo que él denomina "teoría crítica de la raza" y otros temas relacionados con la raza e identidad de género.


Los centros educativos que no cumplan con esta disposición podrían enfrentar la pérdida de su financiación federal.


La medida, que se aplica a escuelas para estudiantes de entre 5 y 18 años, estipula que los fondos federales no deben destinarse a la "adoctrinación" de los niños con "ideologías antiestadounidenses", como la "ideología de género radical y la teoría crítica de la raza".


"Imponer ideologías antiestadounidenses, subversivas, dañinas y falsas a los niños de nuestra nación no solo vulnera, en muchos casos, las leyes de derechos civiles contra la discriminación, sino que también usurpa la autoridad básica de los padres", sostiene el documento firmado por Trump.


El concepto de "teoría crítica de la raza" ha sido utilizado por sectores conservadores en EE.UU. para englobar una variedad de contenidos educativos que rechazan. Sin embargo, en el ámbito académico, esta teoría aborda cómo el racismo está arraigado en las leyes e instituciones estadounidenses.


La orden también instruye a la futura secretaria de Educación, Linda McMahon, y a otros altos funcionarios del Gobierno a desarrollar, en un plazo de 90 días, una estrategia para "eliminar el adoctrinamiento" en las escuelas.


McMahon, exejecutiva de la empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment, aún debe recibir la aprobación del Senado para asumir el cargo de secretaria de Educación.


Durante su campaña para las elecciones de noviembre, Trump prometió que, al llegar a la Casa Blanca, firmaría una orden ejecutiva como la que firmó hoy, para recortar la financiación federal de las escuelas que promuevan la teoría crítica de la raza o contenidos que considera inapropiados.


Sin embargo, el poder del Gobierno federal sobre el día a día de las escuelas en EE.UU. es limitado, ya que la mayoría de su financiación proviene de fuentes estatales y locales.

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