
El 28 de enero de 1822, el presidente de Haití, Jean Pierre Boyer, encabezó una marcha desde la capital haitiana, Puerto Príncipe, con un ejército compuesto por 12,000 soldados. El objetivo de esta acción militar era tomar el control del territorio de Santo Domingo Español, el cual hoy corresponde a la República Dominicana. Este evento marcó un punto crucial en la historia de la isla, ya que dio inicio a la ocupación haitiana de la parte oriental de la isla, un proceso que se mantendría por más de dos décadas.
La ocupación de Santo Domingo por Haití tuvo profundas implicaciones políticas, sociales y económicas para la región. La dominación haitiana buscaba integrar las dos mitades de la isla bajo un solo gobierno, pero las diferencias culturales, sociales y económicas entre los habitantes de ambas partes generaron tensiones. La política de Boyer fue vista por muchos como una forma de unificación, pero también como una imposición que no tomó en cuenta las particularidades del pueblo dominicano, lo que causó resentimientos y resistencia.
Este episodio es un punto de inflexión importante en la historia de la República Dominicana, ya que aunque inicialmente hubo una falta de unidad frente a la invasión, con el tiempo el pueblo dominicano comenzó a organizarse para resistir y, eventualmente, luchar por su independencia, lo que culminaría en la restauración de la soberanía dominicana en 1844.
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